Especial publicado en La Vanguardia el 16/03/2023
Congreso de Economía Feminista
El congreso debatirá como eje central y desde una perspectiva feminista cómo se lleva a cabo la digitalización económica
La economía feminista pone sobre la mesa una realidad que a algunos les cuesta ver. ¿Quién cuida de las criaturas, de las personas mayores y de las dependientes? ¿Quién recibe sueldos más bajos haciendo el mismo trabajo? ¿Quién deja a un lado su carrera profesional para criar a los hijos? ¿Quién se encuentra con un techo de cristal? ¿Quién…? Se pueden formular muchas preguntas, pero la respuesta siempre es la misma: las mujeres.
La economía feminista cuestiona las bases del pensamiento económico tradicional, dominante, y, a diferencia de éste, pone el bienestar de las personas en el centro, por delante de otros elementos como los beneficios. Además, denuncia la insostenibilidad del sistema económico actual y las desigualdades que lo sustentan, el desequilibrio entre el sistema productivo y el reproductivo, y la invisibilización y desigual distribución de los cuidados.
Para hablar de la economía feminista y de los cambios que vive la sociedad, Barcelona acoge por primera vez el Congrés d’Economia Feminista, que se celebrará desde hoy y hasta el sábado en la Nau Bostik (Ferran Turné, 1-11), en el barrio de La Sagrera. La Nau Bostik es un espacio cultural y social de gestión comunitaria ubicado en la antigua fábrica del mismo nombre.
Organización compartida
El encuentro lo organiza el grupo de investigación Dimmons y el Ayuntamiento, junto con la Càtedra en Economía Digital de la UOC
El encuentro ha sido organizado por el grupo de investigación Dimmons, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y por el Ayuntamiento de Barcelona, en el marco de la Cátedra Barcelona UOC en Economía Digital (Cátedra_Abierta). Los diferentes actos, debates y conferencias pueden seguirse de forma presencial –ofrece un espacio de acogida infantil gratuito– y virtual.
El congreso consta de siete ejes temáticos, con la digitalización económica desde una perspectiva feminista como tema central. Como explican las organizadoras, la pandemia ha contribuido a acelerar la digitalización de la economía con implicaciones para la vida cotidiana, incluyendo la expansión y normalización del teletrabajo y el uso cada vez más generalizado de plataformas digitales para trabajar, reunirse, estudiar, ofrecer y pedir servicios…
La economía feminista quiere abordar las diferentes formas en que la digitalización modifica el día a día de las personas trabajadoras, qué repercusiones tiene y qué se puede hacer para que la tecnología esté al servicio de la sostenibilidad de la vida y del planeta.
Cuidar, un asunto clave
“Existe un desajuste entre las necesidades de cuidado y la capacidad social para satisfacerlas”
El de los cuidados es otro tema clave. Astrid Agenjo-Calderón, economista y profesora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla considera que “existe un desajuste entre las necesidades de cuidado de la población y la capacidad que tiene la propia sociedad para satisfacerlas, lo que nos plantea un reto muy importante”.
“Cuando hablamos del Estado del bienestar –sigue Agenjo-Calderón–, siempre hablamos de sanidad, educación, protección social.., pero es fundamental que empecemos a pensar en un cuarto pilar, el que tiene que ver con los cuidados: cómo cuidamos a las personas mayores, a los enfermos, a los niños y niñas.., porque es algo fundamental en nuestro día a día”.
La profesora y economista Astrid Agenjo-Calderón destaca que el congreso también permitirá captar en qué momento se encuentra la economía feminista en el Estado español, y si el discurso feminista realmente ha calado en la sociedad, las empresas, y las políticas, o sólo se queda en palabras que no se transforman en hechos. “Podemos hablar de poner la vida en el centro, pero tenemos que ver cómo se lleva a la práctica y cómo se destinan recursos para que sea posible”, remarca.
Un datathon sobre violencias machistas
Este viernes, 17 de marzo, de 12 a 14 h y de 15:30 a 17:30 h el congreso celebra un datathon sobre economía, digitalización e igualdad de género, centrado en las violencias machistas. Las nuevas tecnologías abren nuevas posibilidades sobre el uso de los datos y la generación de conocimiento a partir de ellos, elementos que han favorecido la disponibilidad de más datos en abierto sobre aspectos ligados a la igualdad de género. En esta sesión se trabajará con los datos facilitados por el European Institute for Gender Equality (EIGE).
Los datathon son espacios de experimentación basados en dinámicas colaborativas y de cocreación a partir del potencial que se deriva del análisis y visualización de los datos disponibles para explorar temas relacionados con la agenda de la economía feminista.
‘En economía digital se da una agudización de las contradicciones de género’
Entrevista a Mayo Fuster Morell – Directora de la Càtedra Barcelona UOC en economía digital
Mayo Fuster Morell es la investigadora principal del Grupo de Investigación Dimmons del Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y directora de la Cátedra UOC Barcelona en economía digital. Es una de las organizadoras del 8º Congrés d’Economia Feminista que se celebra estos días en Barcelona.
Este año se ha querido dar una dimensión más internacional al congreso.
Sí, la pasada edición se celebró en 2021 en Bilbao y, por culpa de la pandemia, hubo de celebrarse de manera virtual, lo que facilitó una mayor participación internacional, especialmente de Latinoamérica. Ante el creciente interés, este año le hemos hecho presencial y online, y le hemos dado una mayor proyección internacional. Y ha sido un éxito: una semana antes de la inauguración tuvimos que cerrar las inscripciones con 450 personas de más de 50 países.
Han optado por priorizar el tema de la digitalización.
Hasta ahora, en los diferentes congresos se había trabajado mucho todo lo referente a los cuidados, presupuestos, políticas de fiscalidad… con perspectiva feminista. En este congreso hemos optado por que el punto central sea el tema digital, porque con la covid se ha acelerado mucho y hay una ola de feminismos digitales.
¿La digitalización ha favorecido o reducido la igualdad?
Los estudios de que disponemos son limitados, pero apuntan a una reproducción, incluso una agudización, de las desigualdades de género también en la economía digital.
¿A qué lo atribuye?
La digitalización está muy masculinizada; sólo el 15% de estudiantes de informática son mujeres. Y aunque el acceso a un ordenador o a un teléfono móvil es más igualitario y generalizado, existe una brecha mucho más pronunciada en cuanto a las habilidades.
El teletrabajo ayuda a conciliar…
Sí, el teletrabajo ofrece más opciones de conciliación, pero al mismo tiempo refuerza los desequilibrios de distribución del cuidado. Seguramente las mujeres pueden conciliar mejor porque al estar más en casa ajustan bien sus horarios con los niños, pero se acentúa que esta tarea recaiga siempre en ellas. A su vez, la economía de plataforma ha supuesto, en general, una precarización del trabajo que, sobre todo, ha impactado en las mujeres y ha agudizado dinámicas que ya conocemos de la economía tradicional, como la segmentación por sectores, el techo de vidrio, etc., y ha incrementado las violencias machistas.
¿Por qué?
Porque las mujeres están más en casa, que es donde ocurren las violencias de género. La digitalización nos está haciendo retroceder, y creo que es importante que hablemos y analicemos qué debe tenerse en cuenta a la hora de definir políticas tecnológicas.
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