Sus investigaciones tienen que ver con el género, la salud, el cuerpo, las emociones y el amor. Ha sido y es parte de distintas iniciativas feministas. Hoy día participa en Marienea/Casa de las Mujeres de Basauri (Bizkaia) y en el campo de la construcción de la paz en el País Vasco. Entre sus publicaciones destacan tres libros publicados en Edicions Bellaterra (Barcelona): Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio (2004), Crítica del Pensamiento Amoroso (2011), y El feminismo y las transformaciones en la política (2019). Escribe también poesía.

Chilena de origen, actualmente vive en Chiloé, donde participa en movimientos ciudadanos, en la escuela campesina Curaco de Vélez, y en la red de Economía Feminista Emancipatoria de CLACSO.

Como investigadora, docente y activista, me he dedicado ha potenciar el diálogo entre la Economía Social y Solidaria y los planteos de la economía feminista, aportando al fortalecimiento de las tramas comunitarias y afectivas que sostienen la vida. Este diálogo comenzó en el Doctorado en Psicología Social que realicé en la Universidad Autónoma de Barcelona participando activamente en el movimiento de Economía Social y Solidaria local y hoy continúa en mi militancia feminista y como docente en la Universidad de la República en Uruguay.

Activista feminista integrante del SOF –Sempreviva Organizaçao Feminista- donde desarrolla actividades de educación popular, investigación y asesoramiento técnico en Economía Feminista, Agroecología, Soberanía Alimentaria y Economía Solidaria. Entre 2006-2013 fue coordinadora del Secretariado Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres.

Gran parte de nuestro trabajo desde 2015 ha sido conocernos, apoyarnos, reflexionar sobre nuestra situación como mujeres productoras de alimentos y construir un discurso que nos una y en el que nos reconozcamos las unas a las otras.

Resumimos nuestros sueños en dos retos: Contagiar de feminismo a la soberanía alimentaria y contagiar de soberanía alimentaria al feminismo.

De nuestras reflexiones y prácticas, y de compartir y fijarnos en el camino de otras mujeres de otras latitudes (mujeres de La Via Campesina, indígenas …), hemos ido creando lo que llamamos agroekofeminismo: un concepto en permanente construcción, que pone en el centro la vida, y en el centro de la vida, la alimentación.

En mi juventud trabajé como educadora en programas de garantía social para jóvenes que no habían finalizado la educación obligatoria. Después me animé a montar una producción ecológica de verduras ecológicas desde la huerta familiar y he combinado esta actividad con el trabajo de cocinera de una escuela pública. Estoy liberada para el trabajo sindical en LAB.